Día 27. ¿Analizas las matemáticas tras un sistema concreto, o no te interesan? Si es así, ¿cuál te parece más perfecto?

“Quien no se siente abrumado por las matemáticas de FATE 

es porque no las ha entendido”

Frank W. Stonecraft (1818), parafraseando a Niels Bohr.


¿Analizo las matemáticas tras un sistema concreto? Antes no, ahora sí.

Antes no porque lo que yo quería era sentarme a la mesa a jugar cuanto antes: abría el manual, me dejaba llevar por las ilustraciones, leía partes de la ambientación y de la creación de personajes, imprimía fichas, daba un vistazo a las reglas… en fin, ¡y a la carga!

Ahora sí leo y medito acerca de las reglas, las analizo, le doy vueltas al apartado teórico, hago alguna prueba y trato de interiorizar lo básico (sea para ese juego el combate físico, las mecánicas de investigación o lo que sea) antes de sacarlo a mesa. ¿Por responsabilidad? Na, yo creo que por vergüenza. Demasiados años haciendo el manta como DJ, qué le vamos a hacer. La edad y todo eso.

A ver si lo he pillado. ¿Entonces si me pongo el casco recibo un bono que equivale a la suma del número natural de PI dividido por el índice del coseno más el exponente (o los exponentes) del radicando, que se obtiene mediante la raíz cuadrada del radical equivalente? Ah, guay. Oye, que no me pongo el casco. Que para chulo chulo, mi pirulo.


¿Cuál me parece el más perfecto? Pues depende, aunque yo no hablaría de «sistema perfecto», sino del «sistema adecuado». ¿Para iniciar a una mesa de gente profana? Quizá un sistema basado en porcentajes y dado de cien por su sencillez mecánica y simpleza matemática, y porque a todo el mundo le resulta fácil visualizar las capacidades de sus personajes cuando están expresadas a modo de porcentaje. ¿Para disfrutar de una narración compartida en la que todo cuanto sucede sea nuevo para jugadores y DJ? Pues FATE y su afinada (cuando se emplea) economía interna basada en los aspectos. ¿Para echar un ratillo sin mayores implicaciones? PbdA (quien lo controle) porque sus matemáticas funcionales y sus mecánicas dejadas en manos del DJ permiten que los jugadores se despreocupen por completo, o D20 en alguna de sus encarnaciones más concentradas, tipo retroclón, porque matemáticamente es una roca.

Pero aunque hemos venido a hablar de las matemáticas, lo cierto es que me interesan mucho más las mecánicas y su entramado que las matemáticas, porque las mecánicas dan forma, estructura y cuerpo al juego, y ese aspecto de todo juego es, para mí, epicéntrico. Las matemáticas son parte fundamental -trascendental, si quieres-, pero en la mayor parte de ocasiones (y salvo que salten en pedazos a la menor exposición) uno debe confiar en ellas y respetar la propuesta de su autor sin rascar y rascar, porque hacerlo sólo acaba por desvelar que están rotas en una u otra forma.

Así que yo prefiero hablar de mecánicas adecuadas.

¿Para jugar a StarWars?, FAE o StarWars D6.

Para jugar en la Tierra Media de Tolkien, El Anillo Único.

Para jugar un Spaguetti Western, FAE. Para convertirlo en campaña, FarWest.

Para jugar una historia de terror de un día, Fragmentos.

Para jugar un Cthulhu a lo Lovecraft, El Rastro. Para jugar un Cthulhu a lo Howard, La Llamada.

Para jugar sin DJ, FOLLOW, si quieres emular un cuento, o FIASCO si quieres jugar una peli de los Cohen.

Para jugar una historia de guerra moderna, Comandos de Guerra.

Para jugar una historia tipo CSI o Expediente X, Los Esoterroristas o cualquier otro GUMSHOE…

Es decir, que no hay un sistema único extraordinario y definitivo con mecánicas preeminentes y matemáticas de solvencia probada que se erija por encima de los demás, sino un sinfín de propuestas extraordinarias para abordar distintos estilos, ambientes, o necesidades de juego dependiendo de cada mesa y cada ocasión. Afortunadamente, ¿no?

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